viernes, 28 de febrero de 2014

Liderazgo y Gerencia Co- Inspirativa. Una Aproximación.



Maracaibo 10 de enero de 2014
Liderazgo y Gerencia Co- Inspirativa. Una Aproximación.
Omar Muñoz R.
“Ignorar las consecuencias es dejar una historia ética a medio contar” Amartya Sen
Introducción
Humberto Maturana y Ximena Dávila[1] proponen “el reemplazo del liderazgo como forma de gestionar las organizaciones por la gerencia co-inspirativa” (Maturana-Dávila, 2007) , asumen los autores un nivel de desarrollo societal (era post post moderna) donde la categoría liderazgo   queda vacía de contenido al darse condiciones psíquicas donde los individuos son cada vez mas conscientes  y responsables de su conducta que los hace participar de manera activa y creativa en la construcción de proyectos comunes para la consecución de su bien-estar proceso este que va en contravía con el concepto que tienen sobre el liderazgo en tanto este  es concebido como
“…una relación interpersonal en la que una persona deja que otra inspire su hacer en un acto de sometimiento admirativo a los deseos o voluntad de ese otro que acepta como guía” (Maturana y Dávila, 2007: 101)
Nos proponemos revisar estas consideraciones dada la importancia que para el mundo organizacional tienen tales categorías, toda vez que lo propuesto trasciende el ámbito referenciado y nos obliga a preguntarnos ¿Cómo asumir el liderazgo en tanto sus múltiples formas de presentarse en las relaciones sociales?, ¿Tal propuesta es solo válida para el mundo organizacional?, ¿ Surge acaso el liderazgo desde la misma fuente u origen en que surge la designación formal del gerente?, ¿ Es implícita la condición de líder a la condición de gerente?, ¿Qué hace distintivo el hacer del gerente al hacer del líder?, ¿Es el hacer del liderazgo una condición universal de control, poder y validación de la competencia como forma de realcionamiento?, ¿ Es la gerencia co-inspirativa un atributo, adicional o complementario a la condición de gerente?  en este momento  tenemos mas preguntas que respuestas, quizás para algunas no tengamos respuestas a partir de la reflexión que nos proponemos hacer, pero es una obligación formularlas a partir de las dudas que ahora surgen , aun cuando en verdad  están latentes desde el momento cuando se percibía que en la exposición hecha sobre el tema en el desarrollo del Magister en Biología  Cultural cuando se planteaba como condición representativa del liderazgo, no ya dentro de la organización u empresa (como si se asume la condición de la gerencia co-inspirativa) sino dentro de referentes políticos de marcado perfil autoritario (Hitler, Stalin, Castro).
Por otro lado percibimos en los fundamentos de la Biología Cultural herramientas y propuestas que permiten mas que una resemantizacion de procesos y categorías organizacionales nos lleva a una nueva mirada para el entendimiento de lo humano en una dinámica relacional donde el cambio se lea con códigos de la dialéctica que implique también conservar aquello que genere bien-estar en el presente.
Acercándonos a la propuesta.
Parten Maturana y Dávila (2007), en generar unos meta-relatos que enmarcan los grandes cambios que ha transitado la humanidad, para lo cual distinguen, en este ensayo, tres grandes eras: Moderna, Post - Moderna y Pot – Post - Moderna que las vincula a las capacidades de explicarnos  el hecho científico de lo que  hacemos , de entenderlo y por lo tanto de conocer lo que hacemos y saber lo que podemos hacer,  y por ultimo de asumir las consecuencia s de lo que sabemos, de expandir la  consciencia de nuestros actos, citados textualmente , estamos actualmente en “la era de la ética en el vivir y convivir” (2007 : 102), en tanto estamos comprometidos a una acción que preserve nuestra condición de seres amorosos, colaborativos  y de respeto consigo mismo, con la otra , el otro y con el mundo natural donde cohabitamos.
Los profesores Maturana y Dávila, explican, distinguen la acción humana en la antroposfera donde se expresa nuestro hacer, como parte integral de la biosfera, y es en ese marco relacional  donde organización y empresa entre todas las otras manifestaciones del hacer humano, aparecen para darle especificidad al quehacer empresarial inmerso en la dinámica que acompaña al cambio de era (de la post modernidad a la propuesta post- post- modernidad) dándole cabida “a las acciones a que nos convocan las reflexiones éticas” antes mencionadas, a “la creciente consciencia del fin del liderazgo y la emergencia de la co-inspiración” , no existiendo entonces límites entre el querer vivir en el bien-estar y el poder generar ese bien-estar, mas allá que el desear hacerlo, lo que convierte esta acción en una acción ética
“En tanto ahora  sabemos que sabemos de las consecuencias que nuestro hacer tiene en el ámbito humano y ecológico que surge con nuestro hacer , y actuamos  de acuerdo a ese saber que sabemos , estamos transitando a la era post-post-moderna”.(2007 :105)
Entonces para Maturana y Dávila (2007), en tanto el hacer surge de una dinámica relacional humana, no es por si  en la dinámica empresarial, innovativa o tecnológica quien va a construir el convivir en el bien-estar sino:
“Son nuestros deseos, nuestros gustos, nuestras
preferencias, nuestras ganas, nuestros quereres y no quereres los que guían nuestro hacer, cualquiera sea éste, y es por esto que el curso que sigue el devenir de nuestro vivir y convivir en nuestras actividades productivas y creativas surge de nuestros deseos, y es en primer y en último término siempre nuestra responsabilidad.”(2007:106).

Con este proceder frente a los cambios tanto en la antroposfera como en la biosfera que la contiene, hombres, seres vivos y mundo natural  quedan mediados por el hacer ético que en la búsqueda de su bien-estar en el vivir en  convivencia  sabiendo que se sabe  lo que sabe y de las consecuencias de su hacer o de su no hacer, se  centra en la acción responsable del hacer humano, superando la visón omnipotente cultivada en la post-modernidad donde tenemos que hacer todo lo que podemos hacer solo porque lo podemos hacer, creyendo así que todo lo posible es legitimo  negando incluso la posibilidad de reflexionar y con ello de hacernos responsable de nuestras acciones.
Es por esta vía, de la reflexión ética, en el vivir presente de nuestro vivir y convivir en la fluidez de nuestro ser amoroso y por tanto sensible al dolor y al gozo propio y en la otredad, y colaborativo en el  hacer social donde los autores citados proponen observar el cambio de consciencia en el quehacer empresarial y productivo que da paso al tránsito de la era post-moderna a la post-post-moderna (2007 : 107).
De esta manera se objetiviza el cambio, no ya como realidad trascendente sino como realidad constituida en el marco relacional donde se actúa, dado que el cambio, en tanto  da cuenta de las relaciones que se conservan en este proceso  a su vez define lo que le es dado cambiar desde nuestra sensorialidad y por tanto lo expresa en los (nuevos) haceres relacionales que configuran el vivir que se vive, en categoría matureana([2]), hay un cambio de alma en el habitar facilitando el espacio psíquico que fortalece la conservación de nuestro buen vivir.
Por otro lado la enajenación en que se vive alrededor del poder, la competencia  y  el lucro en búsqueda de obediencia, negación del otro y acumulacion como negación de los fundamentos de la biología del amar se va a expresar en el apego que se manifiesta para su conservación y practica que , al negar los fundamentos amorosos de lo humano, generan dolor y sufrimiento en la organización donde se practica y en la sociedad donde se convive. Para Maturana y Ximena, tales prácticas (adiciones) generadas desde el apago al  poder, al lucro y al cumplimiento de la tarea en términos de ejecutarla de acuerdo a lo planeado   están asociadas al ejercicio del liderazgo (2007:109), ello incluye la exigencia a conductas robotizadas por parte de los colaboradores en la organización, exigiendo lealtad, apego a la norma, no discernimiento, dicen al respecto: “ Reconozcámoslo o no, esta es la tarea del liderazgo” [3] (2007: 109) (negritas nuestras)
Del tránsito al fin del liderazgo.
Para los autores el tránsito de la era de la post modernidad a la era de la post-post- modernidad  en tanto  está caracterizada por un expansión de la consciencia que implica una nueva ética en el vivir y convivir  humano fundada en el  hacernos responsables de las acciones al saber lo que sabemos que sabemos sobre las consecuencias de nuestro hacer o no hacer, lleva consigo en el ámbito organizacional el fin del liderazgo dado que este  se contrapone a los deseos, quereres y sentires de autonomía reflexiva y  aprendizaje  a la que aspiramos a vivir los seres humanos una vez que asumimos las responsabilidades de las acciones.
También Maturana y Dávila (2007: 109-111) asumen que el ejercicio del poder y control, junto con la pérdida o enajenación del sí mismo impuesto a los colaboradores o empleados se ve limitado por la monotonía, la frustración, enojo o desgano con que actúa el colaborador o empleado en ausencia de espacios creativos y de autonomía reflexiva por lo que auguran una temporalidad muy corta al hacer del líder, cuando este actúa desconociendo la participación de todos en la construcción de un proyecto común que se expresa en una conducta concertada atendiendo a la naturaleza del quehacer de acuerdo con el proyecto a realizar, según nuestros deseos, nuestros quereres  y lo que deseamos conservar en nuestro hacer  y es aquí en esta expansión de nuestra consciencia donde desaparece el espacio psíquico que contiene al liderazgo y convierte la acción de coordinar quehaceres dentro de la organización en coordinación de deseos, sentires y quereres por vía de la reflexión y de  “las ganas de hacer lo que se sabe hacer en ese campo , y de estar dispuesto a aprender lo que no se sabe.”, en un marco de respeto por sí mismo y por el otro y los otros comprometidos en el cumplimiento de la tarea desde una emocionalidad que le da fundamento a nuestro hacer. Y entonces al poner por centro este fluir de emociones desde el nuevo marco de relaciones que se dan en la organización desde lo amoroso de lo humano,  confluyendo con lo ético social, cuando surge la gerencia co-inspirativa ([4])como propuesta de relacionamiento organizacional que se distingue  del relacionamiento impuesto por el liderazgo.
Y aquí se opera entonces en dos dimensiones que se entrecruzan para configurar una unidad en el propio individuo: una dimensión en el plano abstracto mediado por un saber y un comprender que en congruencia con la biología del conocer afecta la sensorialidad de quien la vive y siente, es un darse cuenta de las opciones y de las consecuencias implícitas en un hacer, y la otra dimensión está en la concreción de ese hacer lo adecuado y responsable, con los medios necesarios para llevarlo a cabo, todo plan responsable diríamos, exige una acción ética  y esta la claridad de los medios para ejecutarla, el operar de esta manera conlleva a generar acciones espontaneas enmarcadas en una ética social a partir de la recurrencia del operar ya que al hacerlo de manera consciente (al darse cuenta) se pasaría de lo intencional (ganas de hacerlo/quererlo hacer) a lo espontaneo (conducta esperada) transformando desde el quehacer organizacional todas las dimensiones del convivir social humano en la búsqueda del bien-estar (2007:115), mediante una apertura activa en la escucha de si mismo y del otro, la valoración de la confianza en la práctica relacional asumida y una conducta profundamente ecológica.

Nos parece clave recapitular   el planteamiento que es el apego al lucro, a la competencia y al poder que impide establecer relaciones de co-operación liberadoras que incorporen la creatividad y la emocionalidad de los colaboradores y trabajadores todos en el cumplimiento de las tareas de la organización, que es la  reflexión y la acción ética quienes gatillan el cambio de consciencia de manera recursiva desde el saber y el entender los límites de la omnipotencia  en querer hacer cualquier cosa que se sepa hacer solo porque se puede hacer, ahora se trata de hacer no aquello que se pueda hacer sino que sea adecuado hacerlo , adecuado a la sobrevivencia de lo que queremos conservar y sin duda el bien –estar en el convivir es quién garantiza nuestra sobrevivencia. Por lo que los autores refieren a la llamada era de la post-post modernidad como la gran oportunidad del quehacer empresarial para superar el apego a la omnipotencia reafirmando el carácter humano del ser.

Algunas consideraciones.
1.    Pensamos que al igualar para efectos de comparación, el liderazgo con la gerencia co-inspirativa, los autores actúan en  planos disjuntos, en tanto la noción de liderazgo trasciende el marco referencial donde se aplica la noción de gerencia-co-inspirativa, esta última es exclusiva del ámbito organizacional mientras que la de liderazgo que le es atribuida a la organización, trasciende a la misma. Por lo que las conclusiones que se asuman validas para el marco organizacional pueden ser extrapoladas para todos los ámbitos dando una idea inexacta
2.    Al caracterizar la noción de líder, los autores parten de una  “tentación del autoritarismo” de quienes son tratados como líderes para generalizar luego sobre conductas esperadas del autoritarismo.
3.    Los autores niegan la posibilidad de adjetivizar el liderazgo y entonces lo analizan en su expresión más laxa (por decirlo de alguna manera) , mientras que a la gerencia si se permiten adjetivizarla para darle un carácter que se deslastre de la noción pura  de gerencia.
4.    La cualidad de gerente dentro de la organización presume la noción de liderazgo mientras que la noción de líder no necesariamente contiene la noción de gerente, porque ambas tienen origen distinto, lo que las hace no equiparables para efectos de comparación.
5.    Lo distintivo para nosotros de las dos nociones es que el gerente es una denominación formal, jerárquica; mientras que el líder es en algún momento un reconocimiento consensuado entre pares, nace en un marco relacional.
6.    Los atributos centrales en el planteamiento referidos al apego al poder, al lucro y la valoración a la competencia también pueden ser validos para la nominación de gerente. Aun cuando no son atributos per se, si son distinciones hechas en el hacer del liderazgo, validas en la misma medida para el hacer del gerente.
7.    Por ello sustentamos como válida la distinción que hacen los autores cuando dicen:
“Hablamos de co-inspiración cuando vemos varias personas participando en las conversaciones de generación y de realización de un proyecto colaborativo que les hace sentido como parte de su vivir en el placer del co-inspirar y colaborar.” [5]
Donde las condiciones  colaborativas y de co-inspiracion de los que participan no está mediada exclusivamente por la nominación de quien dirige sino que pareciera mas una condición de los estilos de dirección y de la cultura  organizacional prevaleciente.




A manera de conclusión.
Los dolores y sufrimientos en que la llamada era de la post-modernidad ha sumido a la humanidad toda esta fundada en una lógica perversa  donde la acumulación desmedida, la producción acrecentada de valores de uso nocivos degradando las condiciones y modos de vida tanto en lo humano, como en el ambiente y en las distintas formas de vida del planeta, obligan a una reflexión ética como lo plantean los autores, para el hacer no solo de las organizaciones productivas sino a la sociedad en general en todos los ámbitos de la antroposfera. Todos nuestros espacios societales deben confrontar su hacer en el presente con el modo de vida deseado en este mismo presente e incorporar desde el saber y entender, las acciones adecuadas para construir ese presente.
Dado que la enajenación de la sociedad, o de parte de ella alrededor de la competencia, el apego al lucro, al control y el culto al poder trastocan las bases del bien-estar y del buen vivir en la convivencia creadora, reflexiva y ética en el hacer y con ello negamos nuestros fundamentos de lo humano constitutivo en nuestro ser, como seres amorosos y colaborativos que somos sometidos a tensiones destructivas lo que impone un cambio de consciencia  y en nuestra manera ver  y sentir el mundo en que vivimos y con ello nuestra practica relacional.
Por ello las formas de organización de la producción por su alcance público, incluso desde la esfera privada, puede generar modelajes que impacten favorablemente al resto de la sociedad con la práctica de estilos gerenciales que democraticen los mecanismos de toma de decisión, de participación, de construcción de redes conversacionales que fortalezcan el buen-vivir y el con-vivir, de respeto por sus colaboradores y sus asociados o clientes, en fin de una ética empresarial cónsona con el cambio que se desea, donde el hacer este mediado por el placer de hacerlo y no por la obligación o sumisión a la orden impartida. Si a ello lo llamamos gerencia co-inspirativa estaríamos connotando un modo de gerencia distinta al tradicional e invitaría a una nueva mirada de los procesos gerenciales.  Este nuevo modo de relación no puede ser exclusivo del ámbito productivo y debe expandirse a toda la sociedad si queremos que la misma cambie.
Por otro lado el liderazgo también puede ser adjetivado como se le pide a  la gerencia, para deslástralo de la carga negativa que conllevaría el apego al poder y culto a la sumisión de los seguidores, aquí referidos; asumimos que el respeto, la libertad reflexiva y  la participación creativa no son condiciones per si de la gerencia, ni están negadas per si de la practica responsable del liderazgo, en lo personal tanto en el hacer académico como el vivencial hemos podido conocer practicas de liderazgo con estos contenidos, facilitando incluso procesos de ampliación de la consciencia de quienes participan, desde el emocionar y el hacer de quienes lideran, incluyendo la construcción de redes que propenden al fortalecimiento de la participación y la confianza ente los miembros.


[1]  “La gran oportunidad: Fin de la psiquis del liderazgo en el surgimiento de la psiquis de la gerencia co-inspirativa” Revista Chilena de Administración Pública No 10. Santiago de Chile Diciembre 2007. Pp 101-124 (versión electrónica)

([2] ). Derivado de lo dicho planteado y creado por Humberto Maturana, en este caso referido a : El cambio de consciencia en tanto gatilla  la transformación individual al promover un cambio en el sustrato epistemológico del individuo que lo vive, vale decir, cambio en el pensar,  en el sentir y en el  hacer, que se expresa en un  cambio sensorial (un darse cuenta), cambio de alma en el habitar, transformándose nuestro modo de vida de manera recursiva (2007: 108).

[3] En nuestro presente cultural tratamos a la noción de liderazgo como si se refiriese a un valor en sí, como si denotase una habilidad o capacidad que poseen las personas que llamamos líderes. Así no vemos que lo que connotamos en nuestro presente cultural al hablar de liderazgo es una relación   interpersonal en la que una persona deja que otra inspire su hacer en un acto de sometimiento admirativo a los deseos o voluntad de ese otro que acepta como guía. El placer de hacer lo que se quiere mediante la obediencia de otros con frecuencia lleva quienes son tratados como líderes a la tentación del “autoritarismo”, y en el deseo de conservar esa relación, el “líder” pronto busca asegurarla más allá de la voluntad de los liderados con alguna teoría inobjetable que la  justifique, o con algún procedimiento de castigo que la asegure desde el miedo a perder lo que se quiere conservar.(2007: 105)
[4] Entendemos a la Gerencia co-inspirativa como la generación recursiva de conversaciones de coordinación de los deseos de hacer lo que se sabe hacer, y de aprender o de inventar lo que aún no se sabe hacer, así como de los deseos de crear en conjunto la red recursiva de conversaciones (coordinaciones de haceres y de emociones) que concibe y realiza los quehaceres que se desea realizar en conjunto como un proyecto común. (Maturana y Dávila: 2007:114)

[5] Maturana y Davila (2007: 105)

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