Con la voz apagada.

 Rompiste olas
  para cultivar desiertos y
 llanuras. 
Cabalgaste en brioso potro
 y enderezaste su rumbo. 

 Entraste en  iglesias
  para darle sentido a  palabras amorosas,
 en rostros y nombres de la patria profunda,
 para gritar basta
  e impartir justicia en la historia
 negada.

  Develaste injurias sobre el
 oprimido
  que ya no callaran ante el opresor.

 Echaste andar a un pueblo,
  desde entonces una esperanza cierta recorre la América
 mestiza
  y se escucha en el rugir de la tierra
 toda.

  Te sobra corazón,
 te sobra pueblo,
 te sobra historia,
  porque estas en la presencia de cada hombre
 sobre la misma tierra.

   Omar Muñoz  05.03.2013 11.00pm