viernes, 19 de septiembre de 2014

Leyes Sistemícas Básicas



L S B #
Distinción
Descripción
0
Posibilidad del conocer
El operar humano es la condición de existencia de todo lo que surge en el vivir y convivir humano, de allí que el conocer, el comprender y el explicar cómo actividades humanas solo surgen o son posibles o las podemos evocar refiriéndolas a coherencias operacionales-existenciales de nuestro vivir
Explicar como ocurre el obesrvar…., la experiencia del observar como el acto de distinguir algo (como si fuera independiente del observador que distingue)…la pregunta de cómo opera el que observa en su observar, para dase cuenta  que el observador solo puede explicar  como ocurre el observar explicando UNA CONFIGURACION DE PROCESOS, que al darse surge un observador operando en el observar. De lo contrario no sería posible comprender el conocer, el observar y el explicar cómo aspectos biológicos-culturales del vivir humano. Toda posibilidad de conocer se da desde el observar


1
Observar
Todo lo dicho es dicho por un observador (ser humano) a otro observador que puede ser el o ella misma.
Solo si nos preguntamos por nuestro hacer  y dado nuestro sistema molecular determinado por nuestra estructura, el observador surge cuando el observador distingue su observar en su observar, en tanto ser vivo que existe en el lenguajear y opera en el observar, y la Biología del amar y la Biología  del conocer surgen en conjunto con el entendimiento del operar del observar…


2
Ni azar ni caos
Todo lo que un observador hace como ser vivo y ser humano, surge en su hacer según regularidades y coherencias operacionales que se conservan en todos los instantes y circunstancias de su operar en el fluir de la realización de su vivir. No hay azar en el suceder del vivir. NADA ES CASUAL. La estructura que conforman el organismo, incluyendo las relaciones entre sus componentes, conforman la arquitectura dinámica espontanea que da origen a la caracterización del todo que los contiene
3
El observador y el observar
El observador surge con su distinción reflexiva de su propio operar en el observar. El observador no preexiste a su propia distinción reflexiva, NO ES UN ENTE EN SI. Lo que nos sucede nos está sucediendo cuando distinguimos lo que nos sucede como una experiencia en nuestro vivir. La explicación no reemplaza lo explicado, sólo muestra que si pasase lo que ella describe el resultado sería una situación idéntica a la que se explica.


4
Fluir recursivo del operar
El acto de reflexión ocurre en el operar del observador en la conversación que distingue su propio operar; y ocurre como un proceso del vivir que lleva a la continua conservación de la ampliación recursiva de la comprensión del propio vivir, de la conciencia de sí, y de las acciones a la mano propias del fluir del vivir en el presente de continuo cambio que esa misma reflexión recursiva genera, y ocurre en el acto de soltar la certidumbre de que se sabe lo que se cree que se sabe. es sólo en referencia a una sucesión de eventos que la repetición de una operación es una recursión. Esto es, una recursión es la repetición de un proceso circular que un observador ve acoplado a un fenómeno histórico de manera tal que él o ella puede sostener que en el flujo histórico de ese fenómeno, esa repetición resulta en la reaplicación de ese proceso a las consecuencias de sus ocurrencias previas.
En otras palabras, observador y observar constitutivamente ocurren a través y en el curso de los cambios estructurales de los observadores, ya que éstos operan como un sistema determinado estructuralmente, conservando sus correspondencias estructurales con el medio en el cual interactúan.

5
Ilusión o percepción
Todo lo que vivimos lo vivimos como válido en el momento de vivirlo. Sin embargo, no sabemos en la experiencia misma de vivir lo que vivimos como válido, si más tarde lo confirmaremos como un apercepción o lo invalidaremos como una ilusión en relación a otra experiencia de cuya validez no dudamos en ese instante, la que sin embargo está sujeta a estas mismas condiciones.
 Para ser coherente con la forma como percibimos la realidad  que no distinguimos como valida cuando la vivimos, por lo que la respuesta que nos damos cuando nos preguntamos por el ser, o la esencia de las cosas  queda invalidada al conducirnos a buscarla como independiente a los que somos, de allí que el cambio de enfoque que da cuenta de la naturaleza de nuestra experiencia en el vivir es la pregunta no ya del ser, si no la del ¿cómo hacemos lo que hacemos en tanto seres humanos que vivimos en el lenguajear?

6
Generación de mundos
El mundo que vivimos en cada instante es el ámbito de todas las distinciones que hacemos, que pensamos que podemos hacer, que pensamos que podríamos hacer, o que pensamos que no podríamos hacer los seres humanos en el curso de nuestro vivir como seres que existimos en nuestro operar reflexivo de observadores que vivimos en el conversar. Y ese mundo responde a las distintas ontogenias y sus respectivas derivas en la conservación de su bien-estar

7
Devenir Evolutivo
El curso que sigue el devenir evolutivo de los seres vivos en general, y de los seres humanos en particular, en la sucesión de las generaciones que constituyen sus respectivos linajes, surge momento a momento en su deslizarse en su vivir guiados por sus preferencias, gustos, deseos,... en la realización y conservación del bien-estar en el vivir. De modo que si queremos saber cómo se configuró el vivir presente de cualquier clase de organismos, debemos preguntarnos por los sentires relacionales en sus ancestros cuya conservación transgeneracional ha dado forma a su vivir relacional actual. Así, si miramos nuestro vivir relacional actual como seres humanos que nacemos seres amorosos, podemos decir que la configuración de sentires relacionales cuya conservación transgeneracional en el convivir de nuestros ancestros nos dio origen como Homo sapiens-amans- amans ,tiene que haber sido el amar.



DE LAS LEYES SITEMICAS BASICAS. Resumen
(Humberto Maturana y Ximena Dávila en Leyes Sistémicas y Metasistémicas)

viernes, 28 de febrero de 2014

LaSalidaYa: Una tesis fallida, y otras consideraciones

LaSalidaYa: Una tesis fallida, y otras consideraciones
Por Omar Muñoz Ramírez*


“La inteligencia fracasa cuando es incapaz de ajustarse a la realidad, de comprender lo que pasa o lo que nos pasa, de solucionar los problemas afectivos o sociales o políticos; cuando se equivoca sistemáticamente emprenden metas disparatadas, o se empeña en usar medios ineficaces; cuando desaprovecha las ocasiones, cuando decide amargarse la vida; cuando se  despeña por la crueldad o la violencia”.

José Antonio Marina, en La inteligencia fracasada.
 

De la cita escogida hay un par de términos claves para abordar la misma y asumirla en toda su extensión. Es el llamado a centrarnos en la inteligencia  con que actuamos y en la realidad que pretendemos interpretar, entendiendo que existen distintos planos para aproximarnos a una realidad determinada, tantos que sólo podríamos hablar de una realidad cuando exigimos su validación a partir de la específica experiencia vivencial, académica, teórica o especulativa de quien lo exige. También partimos de la condición humana del ser inteligente y la posibilidad  que el ejercicio de la misma conlleve a lograr los objetivos propuestos, si aceptamos con el profesor Marina que dice: “Llamo inteligencia  a la capacidad de un sujeto para dirigir su comportamiento, utilizando la  información captada, aprendida, elaborada y producida por sí mismo”. Mientras que para Humberto Maturana la Inteligencia es “la plasticidad conductual en un mundo cambiante”. 
  Se trata, entonces, de validar el comportamiento que asumimos a partir de la calidad y    confiabilidad de la información que manejo frente a la percepción de los cambios de   nuestro mundo  que gatillan nuestra conducta.
Veamos un poco más detenidamente estas aseveraciones, en el marco de lo que actualmente sucede en Venezuela. De una manera precisa, quiero compartir mi visión de lo que aquí sucede en el entendido que lo hago atendiendo a mi carga emocional, desde donde razono, así como desde el conjunto de teorías y visiones que me he formado a partir de mi vivencia académica y personal.
En este sentido, estoy convencido que existen motivos para protestar. La protesta, como tal, ha sido una práctica que los universitarios en particular hemos ejercido en algún momento. Nuestras protestas siempre han tenido fines reivindicativos o políticos claros, transparentes e, incluso, invocábamos el respaldo de la opinión pública contra una ley en particular, por más presupuesto o por mejoras salariales. Hoy en la “protesta” hay ausencia total de consignas reivindicativas. Sin embargo y a pesar de ello,  existe una agenda de exigencias que debe ser atendida y donde no se perciben interlocutores entre el gobierno y la sociedad en general. Seguramente, podrán ser atendidas para bien de todos: eficiencia en la gestión pública, garantía de la seguridad de las personas y los bienes, planes y acciones contundentes contra la corrupción, garantías de expresión plural en los medios públicos, seguridad alimentaria, mayores resultados contra la inflación vía el estímulo a la producción interna, participación plural en los órganos de control, etc, son temas que podrían estar en una agenda compartida, desde la Asamblea Nacional y en grupos de trabajo, al final del día ganaría la sociedad en general y mejoraría la capacidad de gestión del gobierno.
 Cuando hoy se invoca la salida del Presidente como única razón de la “protesta” no sólo se ponen de lado problemas enunciados y otros que seguramente existen, sino que se transgreden las normas constitucionales que de manera democrática nos hemos dado. Bien sabemos que la Constitución sirve de marco general que pauta la convivencia entre los habitantes de un país, y muy especialmente, la nuestra por ser producto de una amplia participación de todos. En consecuencia, al querer desconocer el marco constitucional para alcanzar los fines políticos que persiguen, se provoca mediante la acción foquista el ejercicio del terror para incitar la acción represiva de los medios policiales y militares  que  dispone el Estado para garantizar el orden público, orden éste que se encuentra alterado por las tomas y violencia ejercidas en la calle. Estas acciones coinciden y estamos obligados a pensar que no es por azar o casualidad, con una feroz campaña de desinformación contra Venezuela. Primero, con más de veinte fotografías que reflejaban hechos sobre violación de derechos humanos fuera del país (España, Grecia, Libia, Egipto, Honduras, Chile, etc.) o dentro de Venezuela, pero hace 10 u 11 años provocados por la Policía Metropolitana de Caracas. Cabria preguntarse: ¿Qué motivos hay para que eso ocurra? , si era previsible que esos montajes seria descubiertos, ¿por qué lo hicieron de todas maneras?, ¿quién tiene el poder para que estos falsos reportajes aparezcan el mismo día en Alemania, Inglaterra, USA, Chile, Colombia, Canadá, España, Brasil y todos los diarios de gran circulación en el mundo entero?. Terrible coincidencia con las falsas denuncias sobre la existencia de “armas de destrucción masiva” en Irak que justificó la invasión en el 2003, o los bombardeos en ciudades de Libia, ataques que fueron negados por funcionarios de la ONU. Hasta se llegó a construir falsas plazas (la plaza verde) en Qatar, casi un año antes de la invasión, pobladas con actores profesionales para simular la caída de Kadafi, y, con ello,  justificar también la incruenta invasión con el amparo de los sicarios de la OTAN. 
 Entonces: ¿A qué juegan los que protestan en Venezuela?, ¿quienes protestan estarán conscientes de la existencia de estos escenarios? Las razones reivindicativas que puedan existir han quedado sepultadas bajo la consigna de #LaSalidaYa, que no reconoce otro límite que el desconocimiento a la Constitución y están dirigidas a crear condiciones para una invasión que restituya los privilegios a los oligarcas criollos y al poder económico internacional, promoviendo la quiebra del modelo político que, desde aquí, se alienta para América Latina. 
Hoy se establecen estrategias para asesinar selectivamente en las marchas. El Presidente ha pedido la conformación de una Comisión de la Verdad que investigue los crímenes ocurridos durante los disturbios. El exceso policial ha sido denunciado y castigado. Hay funcionarios destituidos y presos y ni una sola condena por parte de quienes dirigen las “protestas” se ha hecho pública y dudo que quieran participar en el esclarecimiento de los crímenes cometidos y condena a los asesinos. Ojalá me equivoque.
El pueblo venezolano ha rechazado las salidas de fuerza, y sólo la vía electoral permitió la llegada a la presidencia de Hugo Chávez. Las intentonas de golpe no han sido apoyadas por la inmensa mayoría de los venezolanos, ya nos opusimos militantemente al golpe de abril del 2002 y no va a ser de otra manera en esta ocasión. Aún cuando existe indeterminación por parte de algunos actores de la oposición, la violencia exhibida y los fines ocultos que comienzan a develarse van a terminar por desenmascarar a los golpistas y a restarles apoyo. Incluso, de darse el supuesto negado de la renuncia exigida no implica el acceso al poder de quienes promueven esa renuncia. 
Habrá que preguntarse a qué modelo de convivencia apuntan quienes dirigen las llamadas “protestas” que lleva a la destrucción del otro, a su total invisibilización al negar el derecho democrático a gobernar conforme a los resultados electorales, resultados éstos que en su momento reconocieron todos los organismos que acompañaron el proceso y todos los países del mundo menos USA, con el 100% de los centros y mesas de votación auditadas y realizados el  100%  bajo sistema electrónico , con  el 79,69 % de participación que ha llevado a Jimmy Carter, ex presidente  de USA, a declarar que “el sistema electoral de Venezuela es el mejor del mundo”. Estas “protestas”  impiden  el libre tránsito, que comprometen el derecho a la vida,  han inoculado de odio a la población,  intentan imponer su única verdad y razón, fuera de cualquier otra consideración, negando el debate de ideas y apelando a prácticas de terror contra poblaciones indefensas.
Por consiguiente,  habrá que indagar entonces por un modelo de convivencia no destructivo, que significa respeto por el otro como legítimo otro, valorando que la armonía del vivir se hace en la convivencia, en la aceptación del otro como distinto e igual  (Humberto Maturana, El sentido de lo humano), desde el respeto mutuo en el hacer y en la emocionalidad a la que convoca la reflexión.
Lo anteriormente expresado es válido para aquellos que desde su derecho de ejercer libremente la protesta la asumen con la ética que implica la responsabilidad de las consecuencias que genera ese hacer; así como también, para quienes ejercen funciones de gobierno se impone, en concordancia con la convocatoria reiterada que se ha hecho al diálogo,  revestir el mismo de un reconocimiento al otro, también, como legítimo otro;  y ambos, desde el respeto mutuo. Esto permitirá establecer una agenda para encontrar las coincidencias en las leyes, en el marco formal, y el deseo de convivir, en la emocionalidad de todos. Que nos reconozcamos en el apego a la valoración de lo humano que somos y en el ejercicio de las responsabilidades que se tienen en el ejercicio de nuestras acciones.
Si unimos el deseo de ser respetados al de respetar; si insistimos el reconocer al otro como legítimo otro; en el ejercicio de la libertad con la responsabilidad que ese ejercicio implica; si contamos con la información que nos permita una acción reflexiva, donde nuestros actos no estén mediados por el impulso de lo inmediato como reacción; si proponemos una mirada que nos hable del socialismo, o de cualquier sistema alterno al capitalismo, como un sistema fundado en la valoración de lo humano, como una conquista y no como una amenaza; si aceptamos que existen tantas realidades como observadores hallan de la misma y que, justamente, éstas son tan válidas como las nuestras. Si estas y otras condiciones hacemos que ocurran, entonces estaremos dirigiendo nuestro comportamiento y con ello nuestra conducta hacia espacios de convivencia, superando así prejuicios y dogmas que nos alejan. En tal situación o escenario, la inteligencia habrá servido para conducirnos a mejor puerto, reconciliando nuestro sentir con nuestro hacer.
Por otro lado creo que debe darse un debate sobre la práctica política dentro de la democracia participativa, el sentido que tiene y la responsabilidad de ser mayoría. Ello no implica desconocer los derechos políticos de otros sectores,  como partes que son de una totalidad que se representan en nuestro gobierno. Asumir, por ejemplo, que frente al ciudadano el gobierno es uno solo, y como tal, debe ejecutarse la gestión pública. Según afirma Norbert Bilbeny, siguiendo a Albert Camus en Democracia para la Diversidad: “El demócrata es aquel que admite que un adversario puede tener razón, y por lo tanto lo deja expresar, y quien acepta reflexionar sobre sus argumentos”
Por ello, todo lo que contribuya a establecer una comunicación respetuosa con el otro fortalece el ejercicio democrático. La democracia no es un mecanismo de optimización del mercado capitalista como se lo plantean los liberales, debemos convertirla en un proceso continuo y participativo para generar justicia e igualdad dentro del pluralismo que nos caracteriza y de cambio cultural en su práctica. 
Superar la intolerancia no implica ser tolerante simplemente, hay que sembrar la cultura de la escucha atenta y reflexiva para aprovechar las observaciones que se nos hacen y responder desde el respeto y la consideración de quien escucha y reflexiona. No como un impulso instintivo generalmente de autodefensa sino desde un enfoque deliberativo que implica siguiendo a Bilbeny  “la voluntad y la habilidad de entender al otro y entenderse con él”. Los daños que se están produciendo a la salud mental del venezolano hay que desmontarlos, la campaña de terror y de odio, no es poca cosa, la verbalización de nuestras emociones de una manera agresiva lo refleja. 
Llegado a este punto, estamos obligados a hacer un aporte viable ante la situación política que vivimos actualmente, y unida a la novedosa y clara  propuesta del Presidente Maduro de constituir una Comisión de la Verdad para esclarecer las muertes ocurridas durante este conflicto y establecer las responsabilidades a que diera lugar, propondría que ambos sectores expresen la voluntad de designar un Contralor General de la Republica (cargo cuya titularidad está actualmente vacante) por UNANIMIDAD. Hay otras propuestas pero me conformaría con esa por el impacto que tendría en el mejoramiento de la gestión pública y la seguridad que establecidas estos marcos referenciales se generarían dinámicas relacionales con más sentido creador y colaborativo capaz de superar las amenazas que hoy de nuevo se ciernen sobre la paz de la república.
Finalmente una última acotación: creo que al gobierno le sobran aduladores de la misma forma que le sobran detractores. Siento que el partido dejó de ser, si lo fue alguna vez, caja de resonancia de los problemas nacionales y locales, se percibe una radical ausencia de crítica a la gestión dando por resultado un crecimiento de los problemas que se han vistos desde mucho antes, donde si hubo crítica no hubo respuesta a ella. La gestión transcurre entre adulaciones y defensas coyunturales que, a mi juicio, nos han perjudicado mucho, precisamente por no hacer críticas pertinentes o que no han sido atendidas, vamos en defensa de toda iniciativa y ejecución del gobierno porque siempre, real o imaginariamente, está en amenaza. Pensemos en un momento en los recursos otorgados a las cooperativas, también de maletín, y sus resultados, la ambivalencia de directivos partidistas y funcionarios del gobierno, o el funcionariado con múltiples cargos burocráticos que sin duda resta eficacia a la acción del gobierno. La participación, como contenido de la democracia, no traspasa las barreras de notificar lo que hay que hacer. 
Y llegado a este punto, convendría preguntarnos cómo es que no hemos podido ganar el apoyo de amplios sectores de las capas medias y de nuevos votantes que permanentemente se refugian en el mensaje de una oposición que descaradamente se revisten con nuestro mensaje de justicia e igualdad, mientras su conducta refleja un retroceso para la vigencia de los derechos sociales ya conquistados.
El Presidente Maduro anunció en su campaña electoral una lucha frontal contra la corrupción, incluso habló de facilitar mecanismos para la denuncia, hecho que no se ha cumplido y recientemente el Presidente de la Asamblea Nacional pide que le muestren la lista de los que se denuncian por haber defraudado a CADIVI, cuestión que tiene ribetes de ironía si se conoce la capacidad de tener acceso a la información oficial de que dispone el compañero Presidente de La Asamblea Nacional quien, a sus vez, es Vice-Presidente del P.S.U.V. ¿Será que no tiene contactos con el Ministro Giordani, quien hizo las denuncias en su momento, o no tiene acceso a esas oficinas? Hasta José Vicente Rangel, acucioso siempre él, perdió la amistad con un personaje que le daba información sobre hechos de corrupción y los que sólo servimos de testigos electorales toda la vida, nos quedamos con las ganas de ver materializada esa lucha sobre un mal que no ha desaparecido y que hoy como ayer, reduce nuestra calidad de vida y limita la posibilidad de seguir creciendo para conquistar estadios de desarrollo humano mayores. Han habido serias denuncias, incluso de altos funcionarios del gobierno o de sectores amigos, que no han concluido en nada o en muy poco. Lo grave no solo es la defraudación contra el patrimonio nacional  sino que, sin superar estas limitaciones, no podríamos asumir tareas como la nacionalización de la banca, la concreción del sistema nacional de salud pública, el desarrollo de una educación de calidad a todos los niveles y demás acciones que respondan a lo que constitucionalmente nos dimos.
 Con la seguridad de que superaremos esta situación de golpe que vivimos, el objetivo inmediato debe ser en ponernos al día con el propósito enunciado de las erres lineales y las erres al cuadrado antes de enunciar las necesarias erres cúbicas o asumir como erres al cubo el cumplimiento de los enunciados de revisión, rectificación, reimpulso, reunificación, repolarización y repolitización . Se impone un examen a fondo de nuestras políticas y del desempeño de todos los altos funcionarios del gobierno para facilitarle este proceso al Presidente Nicolás Maduro una vez superada la situación actual, todo el funcionariado con rango de Ministro, incluyendo al Vicepresidente Ejecutivo, deben presentar su renuncia. Cubrirse detrás del fracasado intento del golpe promovido por la extrema derecha sería una irresponsabilidad y los costos políticos a largo plazo podrían ser mucho mayores, por lo que se debe aprovechar esta oportunidad para renovar y fortalecer en la acción de gobierno, sobre todo porque las circunstancias históricas y políticas así lo exigen.
Queremos ser enfáticos con el Profesor Humberto Maturana (Biología del fenómeno social) cuando dice abriéndolo espacios a la condición humana que:
“…la armonía social no surge de la búsqueda de lo perfecto a que
invitan todas las enajenaciones ideológicas, sino de estar dispuesto a
reconocer que toda negación, accidental o intencional, particular
o institucional, del ser humano como lo central del fenómeno social humano,
 es un error ético que puede ser corregido sólo si se le quiere corregir”.
* Profesor Universitario de la Universidad del Zulia.

Subdirector del blog:  www.maracaibosolidaria.blogspot.com


@munozromar

Liderazgo y Gerencia Co- Inspirativa. Una Aproximación.



Maracaibo 10 de enero de 2014
Liderazgo y Gerencia Co- Inspirativa. Una Aproximación.
Omar Muñoz R.
“Ignorar las consecuencias es dejar una historia ética a medio contar” Amartya Sen
Introducción
Humberto Maturana y Ximena Dávila[1] proponen “el reemplazo del liderazgo como forma de gestionar las organizaciones por la gerencia co-inspirativa” (Maturana-Dávila, 2007) , asumen los autores un nivel de desarrollo societal (era post post moderna) donde la categoría liderazgo   queda vacía de contenido al darse condiciones psíquicas donde los individuos son cada vez mas conscientes  y responsables de su conducta que los hace participar de manera activa y creativa en la construcción de proyectos comunes para la consecución de su bien-estar proceso este que va en contravía con el concepto que tienen sobre el liderazgo en tanto este  es concebido como
“…una relación interpersonal en la que una persona deja que otra inspire su hacer en un acto de sometimiento admirativo a los deseos o voluntad de ese otro que acepta como guía” (Maturana y Dávila, 2007: 101)
Nos proponemos revisar estas consideraciones dada la importancia que para el mundo organizacional tienen tales categorías, toda vez que lo propuesto trasciende el ámbito referenciado y nos obliga a preguntarnos ¿Cómo asumir el liderazgo en tanto sus múltiples formas de presentarse en las relaciones sociales?, ¿Tal propuesta es solo válida para el mundo organizacional?, ¿ Surge acaso el liderazgo desde la misma fuente u origen en que surge la designación formal del gerente?, ¿ Es implícita la condición de líder a la condición de gerente?, ¿Qué hace distintivo el hacer del gerente al hacer del líder?, ¿Es el hacer del liderazgo una condición universal de control, poder y validación de la competencia como forma de realcionamiento?, ¿ Es la gerencia co-inspirativa un atributo, adicional o complementario a la condición de gerente?  en este momento  tenemos mas preguntas que respuestas, quizás para algunas no tengamos respuestas a partir de la reflexión que nos proponemos hacer, pero es una obligación formularlas a partir de las dudas que ahora surgen , aun cuando en verdad  están latentes desde el momento cuando se percibía que en la exposición hecha sobre el tema en el desarrollo del Magister en Biología  Cultural cuando se planteaba como condición representativa del liderazgo, no ya dentro de la organización u empresa (como si se asume la condición de la gerencia co-inspirativa) sino dentro de referentes políticos de marcado perfil autoritario (Hitler, Stalin, Castro).
Por otro lado percibimos en los fundamentos de la Biología Cultural herramientas y propuestas que permiten mas que una resemantizacion de procesos y categorías organizacionales nos lleva a una nueva mirada para el entendimiento de lo humano en una dinámica relacional donde el cambio se lea con códigos de la dialéctica que implique también conservar aquello que genere bien-estar en el presente.
Acercándonos a la propuesta.
Parten Maturana y Dávila (2007), en generar unos meta-relatos que enmarcan los grandes cambios que ha transitado la humanidad, para lo cual distinguen, en este ensayo, tres grandes eras: Moderna, Post - Moderna y Pot – Post - Moderna que las vincula a las capacidades de explicarnos  el hecho científico de lo que  hacemos , de entenderlo y por lo tanto de conocer lo que hacemos y saber lo que podemos hacer,  y por ultimo de asumir las consecuencia s de lo que sabemos, de expandir la  consciencia de nuestros actos, citados textualmente , estamos actualmente en “la era de la ética en el vivir y convivir” (2007 : 102), en tanto estamos comprometidos a una acción que preserve nuestra condición de seres amorosos, colaborativos  y de respeto consigo mismo, con la otra , el otro y con el mundo natural donde cohabitamos.
Los profesores Maturana y Dávila, explican, distinguen la acción humana en la antroposfera donde se expresa nuestro hacer, como parte integral de la biosfera, y es en ese marco relacional  donde organización y empresa entre todas las otras manifestaciones del hacer humano, aparecen para darle especificidad al quehacer empresarial inmerso en la dinámica que acompaña al cambio de era (de la post modernidad a la propuesta post- post- modernidad) dándole cabida “a las acciones a que nos convocan las reflexiones éticas” antes mencionadas, a “la creciente consciencia del fin del liderazgo y la emergencia de la co-inspiración” , no existiendo entonces límites entre el querer vivir en el bien-estar y el poder generar ese bien-estar, mas allá que el desear hacerlo, lo que convierte esta acción en una acción ética
“En tanto ahora  sabemos que sabemos de las consecuencias que nuestro hacer tiene en el ámbito humano y ecológico que surge con nuestro hacer , y actuamos  de acuerdo a ese saber que sabemos , estamos transitando a la era post-post-moderna”.(2007 :105)
Entonces para Maturana y Dávila (2007), en tanto el hacer surge de una dinámica relacional humana, no es por si  en la dinámica empresarial, innovativa o tecnológica quien va a construir el convivir en el bien-estar sino:
“Son nuestros deseos, nuestros gustos, nuestras
preferencias, nuestras ganas, nuestros quereres y no quereres los que guían nuestro hacer, cualquiera sea éste, y es por esto que el curso que sigue el devenir de nuestro vivir y convivir en nuestras actividades productivas y creativas surge de nuestros deseos, y es en primer y en último término siempre nuestra responsabilidad.”(2007:106).

Con este proceder frente a los cambios tanto en la antroposfera como en la biosfera que la contiene, hombres, seres vivos y mundo natural  quedan mediados por el hacer ético que en la búsqueda de su bien-estar en el vivir en  convivencia  sabiendo que se sabe  lo que sabe y de las consecuencias de su hacer o de su no hacer, se  centra en la acción responsable del hacer humano, superando la visón omnipotente cultivada en la post-modernidad donde tenemos que hacer todo lo que podemos hacer solo porque lo podemos hacer, creyendo así que todo lo posible es legitimo  negando incluso la posibilidad de reflexionar y con ello de hacernos responsable de nuestras acciones.
Es por esta vía, de la reflexión ética, en el vivir presente de nuestro vivir y convivir en la fluidez de nuestro ser amoroso y por tanto sensible al dolor y al gozo propio y en la otredad, y colaborativo en el  hacer social donde los autores citados proponen observar el cambio de consciencia en el quehacer empresarial y productivo que da paso al tránsito de la era post-moderna a la post-post-moderna (2007 : 107).
De esta manera se objetiviza el cambio, no ya como realidad trascendente sino como realidad constituida en el marco relacional donde se actúa, dado que el cambio, en tanto  da cuenta de las relaciones que se conservan en este proceso  a su vez define lo que le es dado cambiar desde nuestra sensorialidad y por tanto lo expresa en los (nuevos) haceres relacionales que configuran el vivir que se vive, en categoría matureana([2]), hay un cambio de alma en el habitar facilitando el espacio psíquico que fortalece la conservación de nuestro buen vivir.
Por otro lado la enajenación en que se vive alrededor del poder, la competencia  y  el lucro en búsqueda de obediencia, negación del otro y acumulacion como negación de los fundamentos de la biología del amar se va a expresar en el apego que se manifiesta para su conservación y practica que , al negar los fundamentos amorosos de lo humano, generan dolor y sufrimiento en la organización donde se practica y en la sociedad donde se convive. Para Maturana y Ximena, tales prácticas (adiciones) generadas desde el apago al  poder, al lucro y al cumplimiento de la tarea en términos de ejecutarla de acuerdo a lo planeado   están asociadas al ejercicio del liderazgo (2007:109), ello incluye la exigencia a conductas robotizadas por parte de los colaboradores en la organización, exigiendo lealtad, apego a la norma, no discernimiento, dicen al respecto: “ Reconozcámoslo o no, esta es la tarea del liderazgo” [3] (2007: 109) (negritas nuestras)
Del tránsito al fin del liderazgo.
Para los autores el tránsito de la era de la post modernidad a la era de la post-post- modernidad  en tanto  está caracterizada por un expansión de la consciencia que implica una nueva ética en el vivir y convivir  humano fundada en el  hacernos responsables de las acciones al saber lo que sabemos que sabemos sobre las consecuencias de nuestro hacer o no hacer, lleva consigo en el ámbito organizacional el fin del liderazgo dado que este  se contrapone a los deseos, quereres y sentires de autonomía reflexiva y  aprendizaje  a la que aspiramos a vivir los seres humanos una vez que asumimos las responsabilidades de las acciones.
También Maturana y Dávila (2007: 109-111) asumen que el ejercicio del poder y control, junto con la pérdida o enajenación del sí mismo impuesto a los colaboradores o empleados se ve limitado por la monotonía, la frustración, enojo o desgano con que actúa el colaborador o empleado en ausencia de espacios creativos y de autonomía reflexiva por lo que auguran una temporalidad muy corta al hacer del líder, cuando este actúa desconociendo la participación de todos en la construcción de un proyecto común que se expresa en una conducta concertada atendiendo a la naturaleza del quehacer de acuerdo con el proyecto a realizar, según nuestros deseos, nuestros quereres  y lo que deseamos conservar en nuestro hacer  y es aquí en esta expansión de nuestra consciencia donde desaparece el espacio psíquico que contiene al liderazgo y convierte la acción de coordinar quehaceres dentro de la organización en coordinación de deseos, sentires y quereres por vía de la reflexión y de  “las ganas de hacer lo que se sabe hacer en ese campo , y de estar dispuesto a aprender lo que no se sabe.”, en un marco de respeto por sí mismo y por el otro y los otros comprometidos en el cumplimiento de la tarea desde una emocionalidad que le da fundamento a nuestro hacer. Y entonces al poner por centro este fluir de emociones desde el nuevo marco de relaciones que se dan en la organización desde lo amoroso de lo humano,  confluyendo con lo ético social, cuando surge la gerencia co-inspirativa ([4])como propuesta de relacionamiento organizacional que se distingue  del relacionamiento impuesto por el liderazgo.
Y aquí se opera entonces en dos dimensiones que se entrecruzan para configurar una unidad en el propio individuo: una dimensión en el plano abstracto mediado por un saber y un comprender que en congruencia con la biología del conocer afecta la sensorialidad de quien la vive y siente, es un darse cuenta de las opciones y de las consecuencias implícitas en un hacer, y la otra dimensión está en la concreción de ese hacer lo adecuado y responsable, con los medios necesarios para llevarlo a cabo, todo plan responsable diríamos, exige una acción ética  y esta la claridad de los medios para ejecutarla, el operar de esta manera conlleva a generar acciones espontaneas enmarcadas en una ética social a partir de la recurrencia del operar ya que al hacerlo de manera consciente (al darse cuenta) se pasaría de lo intencional (ganas de hacerlo/quererlo hacer) a lo espontaneo (conducta esperada) transformando desde el quehacer organizacional todas las dimensiones del convivir social humano en la búsqueda del bien-estar (2007:115), mediante una apertura activa en la escucha de si mismo y del otro, la valoración de la confianza en la práctica relacional asumida y una conducta profundamente ecológica.

Nos parece clave recapitular   el planteamiento que es el apego al lucro, a la competencia y al poder que impide establecer relaciones de co-operación liberadoras que incorporen la creatividad y la emocionalidad de los colaboradores y trabajadores todos en el cumplimiento de las tareas de la organización, que es la  reflexión y la acción ética quienes gatillan el cambio de consciencia de manera recursiva desde el saber y el entender los límites de la omnipotencia  en querer hacer cualquier cosa que se sepa hacer solo porque se puede hacer, ahora se trata de hacer no aquello que se pueda hacer sino que sea adecuado hacerlo , adecuado a la sobrevivencia de lo que queremos conservar y sin duda el bien –estar en el convivir es quién garantiza nuestra sobrevivencia. Por lo que los autores refieren a la llamada era de la post-post modernidad como la gran oportunidad del quehacer empresarial para superar el apego a la omnipotencia reafirmando el carácter humano del ser.

Algunas consideraciones.
1.    Pensamos que al igualar para efectos de comparación, el liderazgo con la gerencia co-inspirativa, los autores actúan en  planos disjuntos, en tanto la noción de liderazgo trasciende el marco referencial donde se aplica la noción de gerencia-co-inspirativa, esta última es exclusiva del ámbito organizacional mientras que la de liderazgo que le es atribuida a la organización, trasciende a la misma. Por lo que las conclusiones que se asuman validas para el marco organizacional pueden ser extrapoladas para todos los ámbitos dando una idea inexacta
2.    Al caracterizar la noción de líder, los autores parten de una  “tentación del autoritarismo” de quienes son tratados como líderes para generalizar luego sobre conductas esperadas del autoritarismo.
3.    Los autores niegan la posibilidad de adjetivizar el liderazgo y entonces lo analizan en su expresión más laxa (por decirlo de alguna manera) , mientras que a la gerencia si se permiten adjetivizarla para darle un carácter que se deslastre de la noción pura  de gerencia.
4.    La cualidad de gerente dentro de la organización presume la noción de liderazgo mientras que la noción de líder no necesariamente contiene la noción de gerente, porque ambas tienen origen distinto, lo que las hace no equiparables para efectos de comparación.
5.    Lo distintivo para nosotros de las dos nociones es que el gerente es una denominación formal, jerárquica; mientras que el líder es en algún momento un reconocimiento consensuado entre pares, nace en un marco relacional.
6.    Los atributos centrales en el planteamiento referidos al apego al poder, al lucro y la valoración a la competencia también pueden ser validos para la nominación de gerente. Aun cuando no son atributos per se, si son distinciones hechas en el hacer del liderazgo, validas en la misma medida para el hacer del gerente.
7.    Por ello sustentamos como válida la distinción que hacen los autores cuando dicen:
“Hablamos de co-inspiración cuando vemos varias personas participando en las conversaciones de generación y de realización de un proyecto colaborativo que les hace sentido como parte de su vivir en el placer del co-inspirar y colaborar.” [5]
Donde las condiciones  colaborativas y de co-inspiracion de los que participan no está mediada exclusivamente por la nominación de quien dirige sino que pareciera mas una condición de los estilos de dirección y de la cultura  organizacional prevaleciente.




A manera de conclusión.
Los dolores y sufrimientos en que la llamada era de la post-modernidad ha sumido a la humanidad toda esta fundada en una lógica perversa  donde la acumulación desmedida, la producción acrecentada de valores de uso nocivos degradando las condiciones y modos de vida tanto en lo humano, como en el ambiente y en las distintas formas de vida del planeta, obligan a una reflexión ética como lo plantean los autores, para el hacer no solo de las organizaciones productivas sino a la sociedad en general en todos los ámbitos de la antroposfera. Todos nuestros espacios societales deben confrontar su hacer en el presente con el modo de vida deseado en este mismo presente e incorporar desde el saber y entender, las acciones adecuadas para construir ese presente.
Dado que la enajenación de la sociedad, o de parte de ella alrededor de la competencia, el apego al lucro, al control y el culto al poder trastocan las bases del bien-estar y del buen vivir en la convivencia creadora, reflexiva y ética en el hacer y con ello negamos nuestros fundamentos de lo humano constitutivo en nuestro ser, como seres amorosos y colaborativos que somos sometidos a tensiones destructivas lo que impone un cambio de consciencia  y en nuestra manera ver  y sentir el mundo en que vivimos y con ello nuestra practica relacional.
Por ello las formas de organización de la producción por su alcance público, incluso desde la esfera privada, puede generar modelajes que impacten favorablemente al resto de la sociedad con la práctica de estilos gerenciales que democraticen los mecanismos de toma de decisión, de participación, de construcción de redes conversacionales que fortalezcan el buen-vivir y el con-vivir, de respeto por sus colaboradores y sus asociados o clientes, en fin de una ética empresarial cónsona con el cambio que se desea, donde el hacer este mediado por el placer de hacerlo y no por la obligación o sumisión a la orden impartida. Si a ello lo llamamos gerencia co-inspirativa estaríamos connotando un modo de gerencia distinta al tradicional e invitaría a una nueva mirada de los procesos gerenciales.  Este nuevo modo de relación no puede ser exclusivo del ámbito productivo y debe expandirse a toda la sociedad si queremos que la misma cambie.
Por otro lado el liderazgo también puede ser adjetivado como se le pide a  la gerencia, para deslástralo de la carga negativa que conllevaría el apego al poder y culto a la sumisión de los seguidores, aquí referidos; asumimos que el respeto, la libertad reflexiva y  la participación creativa no son condiciones per si de la gerencia, ni están negadas per si de la practica responsable del liderazgo, en lo personal tanto en el hacer académico como el vivencial hemos podido conocer practicas de liderazgo con estos contenidos, facilitando incluso procesos de ampliación de la consciencia de quienes participan, desde el emocionar y el hacer de quienes lideran, incluyendo la construcción de redes que propenden al fortalecimiento de la participación y la confianza ente los miembros.


[1]  “La gran oportunidad: Fin de la psiquis del liderazgo en el surgimiento de la psiquis de la gerencia co-inspirativa” Revista Chilena de Administración Pública No 10. Santiago de Chile Diciembre 2007. Pp 101-124 (versión electrónica)

([2] ). Derivado de lo dicho planteado y creado por Humberto Maturana, en este caso referido a : El cambio de consciencia en tanto gatilla  la transformación individual al promover un cambio en el sustrato epistemológico del individuo que lo vive, vale decir, cambio en el pensar,  en el sentir y en el  hacer, que se expresa en un  cambio sensorial (un darse cuenta), cambio de alma en el habitar, transformándose nuestro modo de vida de manera recursiva (2007: 108).

[3] En nuestro presente cultural tratamos a la noción de liderazgo como si se refiriese a un valor en sí, como si denotase una habilidad o capacidad que poseen las personas que llamamos líderes. Así no vemos que lo que connotamos en nuestro presente cultural al hablar de liderazgo es una relación   interpersonal en la que una persona deja que otra inspire su hacer en un acto de sometimiento admirativo a los deseos o voluntad de ese otro que acepta como guía. El placer de hacer lo que se quiere mediante la obediencia de otros con frecuencia lleva quienes son tratados como líderes a la tentación del “autoritarismo”, y en el deseo de conservar esa relación, el “líder” pronto busca asegurarla más allá de la voluntad de los liderados con alguna teoría inobjetable que la  justifique, o con algún procedimiento de castigo que la asegure desde el miedo a perder lo que se quiere conservar.(2007: 105)
[4] Entendemos a la Gerencia co-inspirativa como la generación recursiva de conversaciones de coordinación de los deseos de hacer lo que se sabe hacer, y de aprender o de inventar lo que aún no se sabe hacer, así como de los deseos de crear en conjunto la red recursiva de conversaciones (coordinaciones de haceres y de emociones) que concibe y realiza los quehaceres que se desea realizar en conjunto como un proyecto común. (Maturana y Dávila: 2007:114)

[5] Maturana y Davila (2007: 105)